jueves, 14 de agosto de 2008

Ser o no ser.

Esa es la cuestión. Shakespeare, desde aquellos tiempos, había dilucidado uno de los máximos problemas del ser humano, y que se ha agravado exponencialmente con el paso de los años. Ser o no ser. Y no me refiero a llegar a ser, a la potencialidad, sino al hecho, a la historia, a la escencia. El problema actual consiste en lo que debe ser uno, en la imagen que proyectamos y sobretodo en la mística que pongamos. Es por eso que hemos visto desfilar decenas de pendejadas, desde los freaks hasta los emos, desde los polite hasta los juniors. Todos necesitamos un sentido de pertenencia, una identidad con algo. Pero parece que la identidad se va diluyendo y va dando paso a las modas. ¿Cuánto tiempo no estuvieron de moda los putos? Ahora que alguien sea "gay" no es nada nuevo, bares gay es un concepto retrógrada y ver jotos caminando de la mano es algo habitual. Pero ya no hay tantos, como en un principio. ¿Porqué? porque ya pasaron de moda. Solo los verdaderos puñales subsistieron, y aunque no hubiera habido movimiento gay y demás pendejadas, hubieran seguido siéndolo. Recuerdo cuando íbamos al vapor con mi papá en mi infancia; ahí veías lo que fuera, y si veías a dos hombres juntos, era problema de cada quien. Y esos sí eran jotos, no exhibicionistas. Es un claro ejemplo de lo que ha pasado. Y lo que seguirá pasando. Ahorita, la moda son los emos. Los geeks también. Cualquier pendejo greñudo se peina para abajo y ya se siente emo, los retraídos y tímidos ya son automáticamente emos, y si alguien quiere estar solo por sus canijos huevos ya también es emo o anda "emo". Qué pendejada. Cualquier pendejete con una lap y que baje un pinche jueguito ya es geek, como si de eso dependiera la tecnología. Ahora he visto cualquier cantidad de imbéciles que te empiezan a hablar de "lo bien que se sincroniza el cel con la lap", "la nueva forma de comprimir canciones, mejor que el mp3", "la cámara que te toma las fotos cuando sonríes", pero no tienen ni puta idea del esfuerzo y trabajo que costó llegar a ese punto. De lo difícil que fue estandarizar los formatos, "entender" las fotos, interpretar códigos y al final permitir que las cosas tengan una interfaz accesible para todos. Eso no lo saben los nuevos geeks, como tampoco saben la ideología los nuevos emos, como tampoco saben el gusto por sentir a un hombre, de los nuevos jotos. Eso no es ser, eso es hacerle al pendejo.

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